RESTAURACIÓN NANCY DE FAMOSA CUBANA DE 1972 - parte 3.

 

Justo antes de lavar el pelito y dejarlo secar al aire (sujetando el flequillo de esta preciosa Nancy Cubana) para que se mantenga en su sitio, llegó el momento de recuperar el plástico de la muñeca y el color. Hay quienes lo recuperan aplicando calor directo, es un método arriesgado y más en estos modelos, yo no me atrevería porque un soplete es una bomba de relojería por pequeño que sea. Y en muñecas de estas fechas siempre menos es más. Así que apliqué mi mejunje de la casa y lo dejé macerar unas horas.   

El tono y el lustre que adoptan las muñecas de color es inminente y persiste. Como se puede ver, cubre bastante bien arañazos y marcas disimulándolos y la frente es una virguería como quedó de bien para cómo venía. 

Como los ojos de esta Nancy Cubana no tenían la posibilidad de ser extraídos, hubo que buscar un modo de restaurar los párpados sin quitarlos y sin que las pestañas (que estaban perfectas se viesen afectadas). Opté por una técnica seca que no tuvo ningún impacto agresivo y que se fundió bastante bien con las descamaciones que tenía. De haberse podido sacar se hubiesen lijado y pintado con el aerógrafo. También se hubiesen podido sujetar y proteger con cinta de carrocero para usar el aerógrafo. Pero opté por no correr riesgos de hacer pruebas de color. 

El tono final de los párpados queda muy bien con el color de la piel y el maquillaje de los labios. Además de con el conjunto con el que Laura me la trajo, que es un precioso vestido rojo de lunares. Como las fotos están sacadas con un móvil, no se aprecia tan bien el tono matizado de los párpados, pero han quedado muy bonitos. Cuando terminé, limpié con mucho cuidado las pestañas con un cepillo adecuado para estas. 

La muñeca venía con este precioso vestido y una pamela. Yo he optado por peinarla con un lazo en forma de diadema. Porque me parecía que quedaba muy bonita con esa melena así peinada. Como no pude extraer los alfileres de las orejas, elegí esos pequeños brillos de pegatinas y se los coloqué de pendientes. Una opción sencilla, efectiva y sin necesidad de usar recursos agresivos. 

Como no traía zapatos (puede que Laura no tenga del tamaño de los pies encogidos de la Nancy Cubana con pie de Lesly), completé el look con unas sandalias rojas de mi colección particular. Que al tener las suelas blancas, todavía quedaban más a conjunto con los topos del vestidito.

Una vez terminada, nadie diría que esta preciosidad de Nancy Cubana es una señorita de más de cincuenta años. ¿Verdad?

Objetivo cumplido. La propietaria muy contenta con los resultados y yo feliz de lo mucho que he podido disfrutar devolviéndole algo de vida a este tesoro de infancia. 

NANCY DE FAMOSA: CUBANA DE 1972. 

Restauración (parte 1 ). Leer aquí

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